lunes, 26 de marzo de 2007

Amor del bueno



En unas excavaciones arqueológicas en Italia han encontrado los restos de una pareja que vivió hace 6000 años. Si la noticia fuera esa no tendría la menor importancia, al fin y al cabo hay excavaciones por todo el mundo y casi siempre aparece algo. Sin embargo, lo singular de este caso es que los esqueletos descubiertos están abrazados y por eso la anécdota ha llegado hasta Oceanía. La aparición de la sepultura de los amantes, tan simbólica, da que hablar y también mucho que pensar. Por ejemplo, en los beneficiosos efectos de estar casado.

En EE.UU. llevan bastante tiempo estudiando las ventajas del matrimonio para la pareja y la sociedad. El informe más novedoso sobre este asunto es un sólido análisis (www.princetonprinciples.org) que cuenta con la colaboración de casi un centenar de profesores universitarios de Harvard, Princeton o Georgetown, entre otras.

Sus conclusiones han sido firmadas por juristas y sociólogos, por expertos en política pública y por economistas, por biólogos y médicos. Los hay cristianos y judíos y también agnósticos. Unos son hombres y otras mujeres, están casados, solteros o simplemente unidos. Lo que no son es idiotas. Por eso han evitado los argumentos religiosos, tentación de diablillo inexperto en la que no han caído. Lo suyo es un acercamiento a la experiencia humana, pero apoyada en pruebas empíricas de las ciencias sociales y biomédicas. De ahí nacen Diez principios que sintetizan el papel del matrimonio y la familia en la sociedad actual, aunque van más allá de la mera utilidad y aportan evidencias políticas y morales que avalan sus tesis.

El estudio concluye que la progresiva sustitución del matrimonio por otras formas de convivencia menos estable genera muchos problemas a la pareja, a los hijos y a la sociedad en general. La cohabitación, dicen, no implica el compromiso moral y legal del matrimonio y tampoco recibe el mismo respaldo de amigos y familiares. Además, se confirma que las parejas que “sólo” conviven no suelen estar de acuerdo en el estatus de su relación, observando un mayor compromiso en la mujer, que se convierte en la principal educadora de los hijos.

Para cambiar esta situación proponen varias cosas. Entre ellas, la protección legal del matrimonio como la unión de un hombre y una mujer, una realidad amenazada por cambios legislativos que equiparan “matrimonio” con otras uniones. Por ejemplo, las homosexuales, que no han experimentado el respaldo legal internacional previsto. Mas bien al contrario, ya que en los últimos meses varios países han establecido medidas jurídicas para reforzar las uniones heterosexuales.

Piden también los autores del informe una reforma legal del divorcio para que el contrato matrimonial tenga más protección que, por ejemplo, los contratos de alquiler y solicitan que el sistema fiscal favorezca más aún a las familias con hijos, ya que una familia numerosa crea un entorno óptimo para educar en valores como la solidaridad, la justicia o el amor.

La lectura de este informe te deja una sensación agridulce. Por una parte alegra descubrir que hay personas competentes que abordan con rigor cuestiones esenciales, pero duele comprobar que, a pesar de que el matrimonio es la única institución que respeta con plenitud tanto la naturaleza humana como las relaciones sociales, su mensaje es ignorado por los medios.
Yo me quedo con una sola idea: hay amor del bueno cuando un hombre y una mujer se unen para siempre. A los esqueletos italianos no tuvieron que explicárselo demasiado.

Publicado en Diario de Burgos 15 de febrero de 2007

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